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El manifiesto del sevillismo de base pide "un proyecto de club nuevo" sin "los accionistas mayoritarios"

Los manifestantes aseguran que "el tiempo de las grandes familias accionariales ha terminado porque unos y otros están desacreditados ante el sevillismo": "Vendan y apártense a un lado"

"Estamos aquí para exigir un cambio en la dirección del club", contando con "el sevillismo como alma del club" y reivindicando la figura del "consejero de la afición"

El sevillismo desafía al calor y le dice "basta ya" al consejo del Sevilla

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Lectura del manifiesto de la afición del Sevilla FC en Plaza Nueva / Pablo Sánchez

La manifestación del sevillismo de base contra el actual consejo de administración concluyó en la Plaza Nueva con la lectura de un manifiesto por parte del portavoz de Biris Norte, Angelito El Cúpula, mientras los presidentes de Accionistas Unidos y la Federación de Peñas Sevillistas encabezaban la pancarta con el lema "el Sevilla somos nosotros". Ambas organizaciones coordinaron la movilización y firmaban el manifiesto, en el que se señala el “infame pacto por la pasta de los grandes accionistas en 2019” como origen de la deriva “que está llevando a nuestro club a una situación insostenible”.

“La consiguiente desprofesionalización del club, entregado a las familias y no a los mejores profesionales, así como el desvío de los recursos económicos a sus bolsillos en lugar del club han llevado a años de: bajo rendimiento del primer equipo sobre el terreno de juego; malos resultados económicos; decisiones erráticas desde los despachos; y al absoluto distanciamiento con la masa social sevillista”, continuó el manifiesto.

En particular, señalan a José María del Nido Carrasco y a José Castro como principales responsables de esta situación: “Este presidente y su vicepresidente han perdido el rumbo y el respeto por la historia y la grandeza de nuestra entidad”.

Manifestación del sevillismo contra la directiva del club. / Juan Carlos Vázquez Osuna

“Estamos hoy aquí para decir, alto y claro, que el tiempo de todas las grandes familias accionariales ha terminado. Están, unos y otros, desacreditados ante el sevillismo, son incapaces de entenderse entre ellos, y la entidad sigue maniatada por el pacto por la pasta, y en manos de los Tribunales de Justicia”, continuaba.

E incidieron en que los grandes accionistas “buscan antes su beneficio particular en detrimento del interés general de la institución”, incidiendo en la grave crisis económica y deportiva. Por ello piden la dimisión del actual consejo y “elegir un nuevo consejo profesional y sevillista” que cuente también con un "consejero de la afición" que concede la Ley del Deporte. Y exigen escuchar "la voz de la afición", recordando que fue la que salvó al Sevilla desplazándose a Linares en 1974 con el equipo en Segunda División, o la que salvó al Sevilla del descenso administrativo en agosto de 1995.

Y también exigen que "los accionistas mayoritarios deben dar un paso al lado, vender sus acciones a otros sevillistas sin mácula y generar un tiempo nuevo".

"Estamos aquí para honrar nuestra más que centenaria historia, y exigir un cambio en la dirección del club. Y el sevillismo, aquí representado, tiene que ser el motor de ese cambio. Porque el sevillismo es el alma del club. Porque somos herederos de un legado con 135 años de historia, que defenderemos con uñas y dientes. ¡Porque nuestra pasión no es su negocio! ¡Porque el Sevilla somos nosotros!", concluyó el manifiesto entre vivas al Sevilla y una gran ovación por parte de unos 8.000 sevillistas presentes, 4.000 según la Policía Nacional.

Angelito 'El Cúpula', que luego leería el manifiesto, dirige los cánticos en la marcha. / Juan Carlos Vázquez Osuna

Contenido completo del manifiesto

¡Sevillistas! La afición del Sevilla Fútbol Club dice ¡basta ya!

Desde el infame pacto por la pasta de los grandes accionistas del SFC en 2019, venimos soportando una gestión deportiva, económica y social que está llevando a nuestro club a una situación insostenible.

La consiguiente desprofesionalización del club, entregado a las familias y no a los mejores profesionales, así como el desvío de los recursos económicos a sus bolsillos en lugar del Club, han llevado a años de bajo rendimiento del primer equipo sobre el terreno de juego; malos resultados económicos; decisiones erráticas desde los despachos; y al absoluto distanciamiento con la masa social sevillista

Este presidente y su vicepresidente han perdido el rumbo y el respeto por la historia y la grandeza de nuestra entidad. Estamos hoy aquí para decir, alto y claro, que el tiempo de todas las grandes familias accionariales ha terminado. Están, unos y otros, desacreditados ante el sevillismo, son incapaces de entenderse entre ellos, y la entidad sigue maniatada por el pacto por la pasta y en manos de los Tribunales de Justicia.

Si en lo deportivo el club camina sin rumbo y con riesgo cierto de descender de categoría, en lo accionarial las familias que manejan el club (todas ellas) buscan antes su beneficio particular en detrimento del interés general de la institución.

En lo económico, el club está hundido tras las enormes pérdidas acumuladas en los últimos ejercicios, con un modelo de gestión que funciona a base de créditos bancarios y de fondos de inversión que ponen en riesgo, además de nuestro patrimonio inmobiliario, levantado con el sudor de nuestros padres, abuelos y bisabuelos, la supervivencia del club.

En el aspecto social, el club está dividido. Existe un divorcio evidente entre la afición, sus dirigentes y sus accionistas mayoritarios, con una brecha difícil de soldar, crece el desánimo y la desesperanza entre el sevillismo, que contempla atónito como un club laureado en lo deportivo, y saneado en lo económico, hasta hace un par de años, es en la actualidad un barco a la deriva como consecuencia de una nefasta gestión de este consejo de administración.

Por consiguiente, los accionistas mayoritarios, amparados por una Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, que ha matado al futbol que conocíamos, y han quitado el protagonismo a la afición que los sustenta, deben dar un paso al lado, vender sus acciones a otros sevillistas sin mácula y generar un tiempo nuevo que ayude a recuperar la confianza entre la afición y sus dirigentes, y retomar la brillante trayectoria deportiva y económica de hace apenas unos años.

Necesitamos un proyecto de club nuevo, y un consejo de administración profesional, eficaz, íntegro, transparente, con capacidad de gestión, ganador y sevillista.

Mientras que los grandes accionistas son incapaces de sentarse entre ellos y elegir un consejo de administración de consenso, ¡el sevillismo de base!, el mismo que fue en masa a Linares en 1974 a evitar el descenso a Tercera, los mismos que paramos con aquella histórica manifestación en agosto del 95 el descenso a 2ª B, y los mismos que volvimos de Oviedo en el 97 desolados por el descenso del club, estamos hoy aquí para defender nuestro escudo, para enarbolar nuestra bandera blanquirroja y respetar al tercer anillo del Ramón Sánchez-Pizjuán, porque hay que decirlo con rotundidad: Estamos aquí para pedir la dimisión del presidente y su consejo de administración. ¡Permítannos elegir al consejero de la afición que nos concede la Ley del Deporte! ¡Escuchen la voz de la afición!

Estamos aquí para honrar nuestra más que centenaria historia, y exigir un cambio en la dirección del club. Y el sevillismo, aquí representado, tiene que ser el motor de ese cambio. Porque el sevillismo es el alma del club. Porque somos herederos de un legado con 135 años de historia, que defenderemos con uñas y dientes. ¡Porque nuestra pasión no es su negocio! ¡Porque el Sevilla somos nosotros!

¡Viva el Sevilla! ¡Viva el Sevilla! ¡Viva el Sevilla!

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