El fantasma del cine Fantasio de Sevilla

Allá por 1995, aunque muchos sean ya demasiado jóvenes como para recordarlo, uno de los protagonistas del ocio y la cultura hispalenses cerró sus puertas de una vez por todas. Hablamos, como no podía ser de otro modo, del mítico cine Fantasio, el cual se ubicaba en el número 100 de una de las calles clave de nuestra ciudad, Pagés del Corro, y más concretamente en las inmediaciones de San Jacinto.

Ahora bien, por extraño que pueda parecer, uno de los platos fuertes de la historia de esta antigua sala de proyecciones no es una película concreta que se estrenara en el mismo, ni la visita de un actor o director relevante de la época. Una de las cosas que más se recuerdan del legado de Fantasio es la leyenda del fantasma que habitaba este cine.

Para los más escépticos, se trata de una invención de determinados agentes inmobiliarios para espantar compradores potenciales y poder adquirir el local a precios reducidos. Para aquellos que pasaron su infancia evadiéndose en cada sesión de esta sala disfrutando de las mejores películas de la época, sin embargo, hablamos de una historia escalofriante que aún a día de hoy sigue poniendo los pelos de punta y que le daba al establecimiento un ambiente absolutamente terrorífico.

¿Qué espíritu deambulaba, supuestamente, por las butacas del cine Fantasio? ¿Por qué habitaría un alma en pena un espacio tan peculiar como una sala de proyecciones? Veámoslo a continuación.

El tétrico relato que aterraba a los espectadores del cine Fantasio

Cuenta la leyenda que mucho antes de la construcción de esta sala en el barrio de Triana, el edificio en el que se ubicaba la misma era en realidad un corral de vecinos en el que múltiples familias vivían. Para que el cine Fantasio pudiera abrir sus puertas, evidentemente debieron desalojarse algunas de las mencionadas viviendas, especialmente las de la planta baja, donde se ubicaba el mencionado establecimiento.

Ahora bien, no todos los vecinos estaban dispuestos a abandonar su hogar sin más. Una señora que vivía en dicha planta baja, de acuerdo con esta espeluznante historia, juró antes de morir que jamás abandonaría su casa, sin importar lo que quisieran construir o lo que hicieran para tratar de expulsarla.

Así pues, una vez falleció y construyeron la sala tras derribar el corral de vecinos, su espíritu se quedó para aterrar a los espectadores y trabajadores del Fantasio, quienes aseguraban escuchar gritos y presenciar cómo algunas luces se encendían y apagaban solas e incluso ver cajones abrirse y cerrarse de manera inexplicable.

Por si no fuera suficiente con estos testimonios, se produjo un incendio en la marquesina de este cine que muchos sevillanos (los mismos que en múltiples ocasiones visitaban el establecimiento más con fines de investigación paranormal que para disfrutar de alguna de las proyecciones) achacaron a la furia de este espíritu.

La realidad o ficción que se escondiera tras este apasionante relato quedó encerrada para siempre en tan emblemática ubicación una vez el cine Fantasio cerró sus puertas, como hemos mencionado, en 1995, pero aún resulta interesante escuchar la leyenda negra de una de las salas más populares de toda la capital hispalense hasta su clausura.