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20 de diciembre: 55 años de fuego, barrio y una receta que no se toca

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19 de diciembre: La herencia gastronómica que sigue llenando mesas

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El día 20 nos trae una receta riquísima que este bar realiza desde hace 55 años / Carolina Rojas

En Triana hay bares que no necesitan presentaciones. Basta con nombrarlos para que aparezcan recuerdos, olores y escenas repetidas durante décadas. Bar Salomón es uno de ellos. Este 20 de diciembre, dentro del Calendario de Tapas Sevillanas, celebramos sus 55 años de historia junto a Alberto, alma del local y heredero de una forma muy concreta de entender la hostelería.

La historia del Salomón comienza cuando Alberto apenas tenía 17 años. Tras aprender el oficio junto a su padre en Pagés del Corro, decidió dar el paso y ponerse al frente de su propio bar. Empezó acompañado, pero a los pocos meses ya estaba solo al mando. Hoy, más de medio siglo después, sigue al frente del negocio, ahora junto a sus hijas, manteniendo intacta la esencia con la que abrió sus puertas.

Si hay una tapa que define a Bar Salomón y que le ha valido el sobrenombre de el rey de los pinchitos, esa es, sin duda, su pinchito. Una receta que no nació en Sevilla, sino que llegó desde Melilla de la mano de su padre, y que aquí se sigue elaborando exactamente igual que entonces: carbón, carne de calidad y una mezcla de especias cuidadosamente seleccionadas. El secreto, como insiste Alberto, no está en inventar nada nuevo, sino en respetar el origen y no tocar lo que funciona.

Las especias, aunque muchos piensen en Marruecos, llegan desde Murcia, donde se seleccionan por su calidad e higiene. El resultado es un sabor reconocible, constante y profundamente ligado a la memoria del barrio. Por eso, los clientes no cambian: padres, hijos y nietos que llevan décadas repitiendo el mismo ritual alrededor de la barra.

Pero Salomón no se quedó ahí. Hace más de cuarenta años, cuando en Sevilla apenas se hablaba de papas bravas, fue este bar el que las introdujo en la ciudad, acompañadas de una salsa propia que hoy incluso se vende para llevar. A eso se suma una carta amplia con carnes a la brasa, guisos tradicionales, verduras rellenas al estilo murciano y pescados como bacalao o choco.

Bar Salomón no es solo un bar de Triana. Es un punto de encuentro, una herencia viva y una demostración de que, cuando se hacen las cosas bien desde el principio, no hace falta cambiarlas nunca.

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