Hay partidos que no necesitan de estímulos extraordinarios. Al contrario. Puedes caer en la sobreexcitación, en jugar pasado de revoluciones y no dar a la jugada la pausa que necesita ni al pase el timing preciso. El timing que imprimió, por ejemplo, Marlos en su fantástica asistencia a Eduardo para el 1-1. Cuando el partido llegó a su intermedio, Unai Emery se perdió como una bala por la bocana. la palabra "pausa" debió resonar en el vestuario local en ese paréntesis. Porque esa pausa al fin marcó los pasos sevillistas en las transiciones defensa-ataque. El Shakhtar abrió enormes pasillos. Sólo era cuestión de pararse y templar. Sin freno es imposible conducir. los campeones lo pisaron cuando había que hacerlo, aceleraron cuando lo pedían las jugadas y al final, en el horizonte, aparece Basilea y el Liverpool aguardando. Otro campeonísimo. Como el Sevilla Fútbol Club.

Defensa

Los primeros 25 minutos se jugaron donde quiso el Sevilla. Esto es, lejos de David Soria. Y con Marlos y Taison desconectados por la eficaz presión en campo contrario que hacían los sevillistas a la voz de mando de Krychowiak y N'Zonzi. Ambos pivotes, por cierto, hicieron buenas coberturas en las bandas cuando el Shakhtar sí recuperaba la pelota con los laterales sevillistas en posiciones ofensivas.

No obstante, los ucranianos empezaron a acumular piezas ofensivas en la zona de Mariano y Coke. Era previsible que Taison, que juega a pierna cambiada, buscara a menudo las zonas interiores para conectar con Ismaily, un lateral tan ofensivo como Mariano o Tremoulinas. Pero incluso Kovalenko, el mediapunta más llamado a maniobrar cerca de la media luna, se descolgó por allí para crear situaciones de superioridad. Los sevillistas empezaron a sentirse incómodos porque los mineros picaron y picaron por ese costado.

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Otro problema fue que el Sevilla acabó estirándose mucho y dejando muchos espacios entre líneas. Sus numerosos contragolpes acababan en constantes pérdidas, sobre todo en el pase. Banega y Vitolo no tenían su noche. Y esas idas y vueltas hicieron que Marlos y Taison empezaran a tomar más protagonismo. En una contra, Marlos se encontró con la autopista hasta Eduardo.

Ataque

La corrección del intermedio tuvo su rédito atrás: las pérdidas de balón, sobre todo por Coke, Banega y Vitolo, se redujeron en las salidas. Y tuvo un rédito aún más palpable arriba. Coke pisa freno en la banda y se la pasa a Banega. El argentino se gira, frena y combina con Krychowiak. El pasillo está ahí. Y el polaco también ejecuta su asistencia a Gameiro con el timing preciso.

Que la zaga saliera de atrás ayudó mucho a que Mariano y Tremoulinas -mientras éste tuvo oxígeno- actuaran más como extremos en la segunda mitad.

Virtudes

La determinación de su puesta en escena, apretando con coordinación y eficacia, para que la calidad arriba decidiera.

Talón de aquiles

Esa ausencia de pausa que llevó a un momentáneo descontrol.

UNO POR UNO

David Soria Le faltó algo de determinación en su salida para tapar a Eduardo. 

Mariano Padeció en esa fase de acoso del Shakhtar. Luego, a rienda suelta. Golpeo muy brasileño, con los tres dedos exteriores, en su golazo.

Rami Esta vez estuvo en su sitio siempre. Sin riesgos.

Carriço Un control largo que pudo resultar letal. Por lo demás, el necesario aplomo.

Tremoulinas Mientras le dejó su físico tras su inactividad, tiró para arriba y abrió una vía. 

Krychowiak Una locomotora para apretar o cortar. 

N'Zonzi Mando por arriba, prestancia en el toque. Se multiplicó en las coberturas.

Coke De menos a más. De un fútbol atropellado a dar salida al balón por fuera y por dentro. 

Banega No se subía a lomos del partido y se ofuscó. Fue otro tras el intermedio. Apareció su capacidad para marcar el tempo.

Vitolo Un partido es una carrera de fondo. Lo tiene clarísimo.

Gameiro Listo para el robo, agudo para el desmarque y la definición. Está on fire. Si no es por él...

Escudero Agresivo en el ala.

Iborra Pocos balones claros.

Cristóforo Poco tiempo.