La belleza desde las alturas de la Magdalena
El Fiscal
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Toda la belleza compendiada en unas fotografías captadas el pasado domingo desde las alturas de la Parroquia de la Magdalena. Es justo el momento de la bendición. Los músicos de Tejera interpretan la Marcha Real. Con la pausa característica que parece acompañar la petalada que cae desde la cúpula. ¡Vaya petalada fina, exquisita y elegante! Recuerda uno esos momentos a quienes otros años estuvieron cumpliendo con la doble genuflexión, esos grandes cofrades de la collación que todos tenemos en la memoria y que gracias a nuestro recuerdo también estaban allí. Un Corpus medido que es ajeno a la era de los excesos, de formas reconocibles y de indudable buen gusto, al margen de modas y tendencias. Se tiene sello o no se tiene. Y el Corpus de la Magdalena es una muestra del saber hacer las cosas. Las instantáneas de Javier Mejía son un reencuentro con los mejores cánones de la religiosidad popular. En días de ruido y ajetreos que han dado la vuelta al mundo, el recuerdo de este Corpus de la mano de la maestría de este fotógrafo supone aire fresco y limpio. Las imágenes son dignas de cartel, pruebas de la fina sensibilidad del autor, de su profundo conocimiento de este mundillo, de su afán por no conformarse con las perspectivas ya manidas. En sus estampas se siente lo que se ve, se oye lo que también se ve.
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