El derecho a cabildos electorales aburridos
El Fiscal
Qué maravilla esos cabildos del Silencio y el Gran Poder con una sola lista
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Qué maravilla leer las informaciones de El Palquillo en la web de Diario de Sevilla que dan cuenta de cabildos electorales con una sola candidatura. ¡Como debe ser! Si reclamamos el derecho a una vida política aburrida, como la de aquellos años en que no nos sabíamos ni el nombre del fiscal general del Estado ni el de los magistrados, hacemos lo mismo con nuestras queridísimas cofradías. ¡Clamamos por cabildos electorales aburridos, previsibles, sin pluralidad de candidaturas, pero tranquilos, en paz y armonía! Qué cosa más bonita ese cabildo del Silencio donde ha salido reelegido don Eduardo Castillo Ybarra, al mejor estilo de la cofradía. Qué hermoso saber que don Ignacio Soro será reelegido sin mayores incidencias en el cabido convocado por el Gran Poder en noviembre. ¡Qué tranquilos se van a comer todos los turrones en una y otra hermandad! Sin tensiones, sin campañas, sin dimes y diretes, sin denuncias, sin peleas por los censos de las cofradías, sin maniobras estúpidas propias del coaching de un equipo de baloncesto en un tiempo muerto, sin absurdas propagandas en las redes sociales, sin dobles y triples interpretaciones de lo que hace o deja de hacer aquel hermano, sin fotos que tratan de generar una impostada imagen de unidad, y sin aparatos políticos engrasados que ríanse ustedes de los de los partidos, pues ya se sabe que no hay nada más peligroso que un cofrade con la tarde libre en tiempos de pluralidad de listas en su hermandad. Unas primarias del PSOE se quedan en pañales al lado de quienes controlan hasta los tickets de párking gratuito junto a la iglesia, los taxis para los hermanos de edad o los microbuses para los que vienen de los pueblos, sin olvidar al propio que hace la cola para que cuando llegue el hermano "que trae mucha prisa y es de los nuestros" le ceda su sitio amablemente. Así nadie de la cola puede graznar.
Mucho se habla de los excesos de procesiones, pero hay que pararse a reflexionar unos minutos sobre la fiereza de algunos al afrontar procesos electorales. Pareciera que hay cargos que son retribuidos, que hay demasiado tiempo libre y que a algunos les va la vida en el objetivo. Por fortuna quedan corporaciones donde los cabildos son un remanso de paz. Si acaso con ese cupo de votos en blanco (tradicional y a veces hasta entrañable), o ese hermano francotirador que se levanta siempre en los ruegos y preguntas para cuestionar por el mismo tema: el hermano de Madrid que sale de maniguetero, el sueldo del sacristán, los enchufados para coger fecha de boda, etcétera... ¡Benditos problemas! Antes se decía: "¡Tengas pleitos y los ganes!". Saquen la versión morada: "¡Tengas un cabildo electoral con varias listas y lo ganes!". En el Consejo nunca queda una oposición, pero en las hermandades.... ¡Algo bueno tendría que haber en la sede de San Gregorio!
El pertiguero
Primer golpe. Oído. "La Magna en Tarifa es un reto para los encendedores, ¿no?". Segundo golpe. Demasiados nervios de aquí al 30 de noviembre. ¿Merece la pena tanta tensión? Esperemos que se cumpla aquella proclama del pregón de Caro Romero: "¡Paz en los atrios!". Tercer golpe. Mensaje recibido. "Fiscal, no podrás reprochar al Consejo que no afronte los problemas. Desde hace varios años se toman decisiones contudentes sobre el orden de la nómina, los horarios e itinerarios. Te gustarán o no, pero hay criterios de gobierno. Mira lo de la Cena". Y ciriales arriba. Borbolla ha sido el único presidente de la Junta en presidir el acto del Pregón. El año del siempre recordado José Luis Garrido-Bustamante. ¿Juanma estará en el próximo? Dependerá de las circunstancias.
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