Estepa

El sector del mantecado confía recuperar ventas tras el impacto de la pandemia

  • Las empresas han reforzado la venta ‘online’

  • Estepa espera volver a ser destino turístico de Navidad, ya sin cierres perimetrales

  • El año pasado hubo un descenso en las ventas del 15 y el 16% y menos contratación

Un lineal con mantecados ya envueltos de Productos Gamito, donde la plantilla aumenta hasta las 65 personas en campaña.

Un lineal con mantecados ya envueltos de Productos Gamito, donde la plantilla aumenta hasta las 65 personas en campaña. / Juan Carlos Vázquez

No hace falta esperar a diciembre para que ese olor que es seña de identidad de Estepa –canela, harina y almendra tostándose en decenas de hornos– impregne las calles del municipio de 12.500 habitantes, menos población de lo que pareciera a tenor de la proyección que logra en todo el país cada año gracias a la Navidad y a una industria que, pese a su mercado asegurado, no se ha deslocalizado y ha logrado impulsar a otras muchas fábricas y empresas complementarias que ya vuelan por sí mismas y con clientes diversos.

Según el nuevo presidente de las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) Mantecados y Polvorones de Estepa, José María Fernández, que agrupa a las 19 empresas que siguen la receta y la proporción de ingredientes tradicionales aunque son 22 las que fabrican el producto, el reto es que la campaña que arrancó a principios de septiembre, en pleno verano para que todo esté listo en diciembre, sea la de la recuperación, tras el impacto que tuvo la pandemia.

El año 2020 se cerró con descensos en las ventas de entre el 15 y el 16% con respecto a los 22 millones de kilos comercializados en 2019. “Descender es fácil, pero hay que empezar a pedalear ya porque la recuperación no es tan rápida”, señala. El objetivo es volver también a las cifras de contratación previas al Covid-19 que para Estepa, donde la campaña del mantecado coincide con la del aceite, implican que la tasa de paro se queda en el 6 o el 7%, pleno empleo. En 2020 no se logró, aunque José María Fernández señala que las cifras de los organismos oficiales les hace ser optimistas esta vez.

Los hornos a pleno rendimiento. Los hornos a pleno rendimiento.

Los hornos a pleno rendimiento. / Juan Carlos Vázquez

Para lograr esa recuperación, el sector confía en varios factores. Por un lado, está el crecimiento de la venta por internet. Teniendo en cuenta las limitaciones de movilidad del año pasado, los fabricantes han reforzado en estos meses sus sistemas de venta online, para que la clientela que busca determinado producto o una presentación concreta pueda localizarla y adquirirla de ese modo, fácilmente.

Pero también se espera que el pueblo de Estepa vuelva a ser durante los meses que quedan hasta Nochebuena, sobre todo noviembre y diciembre, el destino de Navidad en el que se había convertido: con cientos de visitas de ciudadanos de toda Andalucía que aprovechan sobre todo fines de semana para conocer sus monumentos, pasear y almorzar y llevarse los mantecados directamente de los obradores, con esa experiencia sensorial añadida que supone un pueblo oliendo a dulces recién hechos. Las empresas facilitan las visitas a grupos organizados a sus instalaciones cargadas de historias.

El Ayuntamiento ha puesto en marcha incluso una iniciativa para que el “aroma de Estepa” sea reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El año pasado, el punto álgido para ese turismo, los puentes festivos de noviembre y diciembre, Estepa, como el resto de municipios andaluces, estaba perimetrado. La pérdida de esta venta directa supuso casi el 9% del descenso total.

Por otro lado, el sector confía en que la evolución de la pandemia y de la población vacunada haga que, con las medidas se seguridad precisas, las familias vuelvan a reunirse. El hecho de que en 2020 esos encuentros se redujeran a lo mínimo también les afectó, sobre todo en la venta de lotes más elaborados, aunque se mantuvo en supermercados, a granel y presentaciones pequeñas. Igualmente, influyó en el descenso de ventas el “canal” que suponen los colegios, porque no hubo viajes de fin de curso para cuya financiación la venta de mantecados se había convertido en todo un clásico.

Las empresas siguen innovando y adaptándose a la demanda y nuevos gustos, con una apuesta muy fuerte en desde hace unos años por las variedades sin gluten, sin azúcar y sin lactosa.

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