Betis-Celta | La crónica

El Betis llega de muy buen humor a la Feria (2-1)

  • Los béticos se reencuentran con el triunfo después de la mala racha gracias a los goles de Miranda y Fekir en la segunda mitad

  • La escuadra de Pellegrini reaccionó tras el descanso con los cambios y vuelve de momento a los puestos europeos

  • Así le hemos contado el Betis-Celta

Los jugadores béticos celebran con euforia el segundo gol, obra de Fekir.

Los jugadores béticos celebran con euforia el segundo gol, obra de Fekir. / Juan Carlos Vázquez

Magníficas noticias para el Betis. La principal, suma tres puntos contra el Celta y acaba con la racha de cuatro derrotas consecutivas en el campeonato liguero. Pero no sólo eso, también los números indican que la escuadra de Manuel Pellegrini vuelve a estar dentro de los puestos europeos, concretamente recupera la séptima plaza de momento; Fekir se reconcilió con el gol en el torneo liguero, también Miranda; y encima las sensaciones vuelven a ser positivas para tener una sonrisa en los rostros durante una semana tan necesitada de buen humor como es la Feria.

Son los datos objetivos para un triunfo que era indispensable dentro de unas circunstancias bastante desconocidas desde que Pellegrini se hiciera cargo de entrenar a la plantilla del Real Betis Balompié. Y más allá del fútbol, que durante la primera mitad fue bastante plano y que en la segunda sacó un rédito tremendo de las oportunidades que se presentaron, lo cierto es que era muy necesario el reencuentro con el triunfo y eso fue lo que aconteció finalmente.

Porque el fútbol sólo entiende de eso, de los puntos que se acumulan en el casillero clasificatorio y el del Betis indica en la actualidad que contabiliza 45 puntos, una cifra que vuelve a provocar la ilusión de meterse en una competición continental un año más. No había más que ver la celebración de un técnico tan veterano como Pellegrini, con los puños apretados y los dos brazos al aire, para entender la importancia que había tenido este triunfo contra el Celta en el Benito Villamarín.

Es la única verdad de este maravilloso juego, ganar y lo de menos es cómo se llegue hasta ello. El fútbol es uno de esos deportes, casi todos en la realidad, que provoca amnesia en los aficionados cuando se trata de degustar un éxito. Todo lo malo se olvida con el paso del tiempo y sólo queda lo bueno, que, lógicamente, es la suma de los puntos en pos de un objetivo que se acerca con los triunfos.

Primera parte insípida

Pellegrini había decidido esta vez dejar en el banquillo a Fekir ante la evidencia del pobre rendimiento que venía mostrando el francés durante las cuatro derrotas consecutivas. Entraba en su lugar Johnny para apoyar a Guido Rodríguez y todo debía ser mucho más coherente con esa distribución de las piezas. Pero esta vez el lastre iba a ser la carencia de llegadas y, consecuentemente, de remates.

Los verdiblancos apenas llegaron arriba con claridad durante la primera mitad y sólo se podía anotar como situación clara un cabezazo libre de marca de Pezzella en un saque de esquina que se fue desviado (29'). Antes se había producido otro testarazo de Willian José, pero mucho menos claro. Poco, muy poco, había puesto en su haber el Betis para haberse marchado por delante en el marcador.

En ese pobre desempeño iba a tener mucho que ver un cambio de piezas que le fue bastante bien al Celta. Giráldez movió el árbol nada más comenzar y adelantó a Mingueza, teórico central por la derecha, a la posición de interior derecho. Manquillo se fue al lateral de esa misma banda y el cuadro vigués se iba a disponer en un 1-4-4-2 para tratar de ganar posicionalmente al clásico 1-4-2-3-1 que Pellegrini diseña en su Betis en la mayoría de los encuentros, también en éste.

La situación de Mingueza le iba a dar mayor profundidad a los suyos, mientras que el Betis echaba de menos a la figura de un Isco que apenas tenía compañía a la hora de desarrollar su creatividad. Pablo Fornals y Ayoze, a los que Pellegrini llegó a cambiar de banda en alguna ocasión, casi no le ofrecían líneas de pase y la consecuencia era una pérdida de balón detrás de otra por parte de los béticos.

Sí pudo adelantar a los suyos Strand Larsen en un remate con escaso ángulo y que fue bien detenido por Rui Silva con reflejos (14'). Sin ser nada del otro mundo, la otra opción de los vigueses fue un saque de esquina que le cayó a Hugo Álvarez en el segundo palo, pero su disparo fue interceptado por un Miranda muy oportuno en la faceta defensiva (43'). También antes había sido providencial para evitar un claro dos contra uno ante Jonathan Bamba y Carlos Domínguez en un contragolpe que amenazaba con ser muy peligroso (32').

Cambios decisivos

Al descanso se llegaba, pues con síntomas de decepción por parte bética, pero con la lógica esperanza de que el margen de mejora era muy amplio y tenía que producirse. Pellegrini lo entendió de la misma manera e introdujo en el campo a dos actores principales, Fekir, sobre todos, y Bakumbu. Los sacrificados eran Ayoze y Willian José y la verdad es que con el vídeo en poder del entrenador nada tendrán que reclamar los reemplazados durante la semana.

Al contrario, el técnico chileno se iba a cargar de razones con el discurrir de la segunda mitad. Los suyos fueron mucho más rápidos en las salidas y de esa manera, al menos, le hicieron daño a un Celta que tenía muchos problemas a la hora de replegarse defensivamente.

El 1-0 iba a llegar a través de los dos laterales béticos, lo que da idea del incremento de la producción ofensiva. Todo nacía en un excelente pase profundo de Pablo Fornals a Bellerín a la espalda del lateral izquierdo visitante, uno de las zonas que eran bizcochables para hacerle daño al rival. El lateral catalán puso el pase atrás desde la derecha y lo confirmó el otro lateral, el izquierdo, concretamente Miranda con un toque de calidad con el interior del pie.

El Betis dio un paso atrás para defenderse que podía ser peligroso, pues el Celta se metió demasiado cerca de Rui Silva, pero también era verdad que las contras podían ser letales con tantos metros por delante. La tuvo primero Bakambu en una jugada mal resuelta por Fekir y Fornals (64'), pero Isco fue creciendo en su nivel y peleó un balón para habilitar a un Fekir que resolvió de maravilla con un disparo contundente con su pierna mala, con la derecha.

Los béticos estaban ya dos a cero y el triunfo parecía encarrillado. El tanto final de Strand Larsen provocó la inquietud, pero el partido acabó con el dos a uno y eso es lo único que importa. El Betis llega de buen humor a la Feria, gran noticia para todos los béticos.

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