"Las piernas fuertes te hacen envejecer más lento": Rodrigo Arteaga, experto en longevidad

Las piernas son el grupo muscular que más glucosa usa y si se fortalecen ayudan a prevenir caídas

¿Cómo puede ayudar el ejercicio de fuerza a que nos resfriemos menos?: Así ayuda al sistema inmune

Persona bajando unas escaleras / Freepik

Las piernas desempeñan un papel fundamental en nuestra salud general, aunque muchas veces no les prestamos la atención que realmente merecen. Son la base de nuestra movilidad, el sostén de nuestro cuerpo y una parte clave para mantener un estilo de vida activo y equilibrado. Más allá de permitirnos caminar, correr o saltar, las piernas influyen directamente en la circulación sanguínea, el equilibrio corporal, la salud muscular y ósea, así como en nuestro bienestar emocional.

En primer lugar, las piernas son esenciales para la circulación. Las venas de las piernas trabajan constantemente contra la fuerza de la gravedad para devolver la sangre al corazón. Cuando sus músculos —especialmente los de las pantorrillas— se contraen con el movimiento, actúan como una “bomba” que impulsa la sangre hacia arriba. Por eso, caminar y moverse con frecuencia ayuda a prevenir problemas circulatorios como la insuficiencia venosa, la aparición de varices o la sensación de pesadez y cansancio. Permanecer mucho tiempo sentado o de pie sin cambiar de postura puede dificultar esta circulación, lo que demuestra lo importante que es mantener activas las piernas en el día a día.

Además, las piernas son pilares centrales para fortalecer los músculos y huesos. Actividades como caminar, subir escaleras, hacer sentadillas o practicar deportes de resistencia fortalecen cuádriceps, glúteos, pantorrillas y caderas. Estos grupos musculares no solo sostienen el cuerpo, sino que protegen las articulaciones y mejoran la postura. La fortaleza de las piernas también disminuye el riesgo de lesiones, ya que proveen estabilidad y amortiguación frente a impactos y movimientos bruscos. Por otro lado, el ejercicio regular estimula la densidad ósea, lo cual es vital para prevenir enfermedades como la osteoporosis, especialmente en personas mayores.

El equilibrio y la coordinación también dependen en gran medida del buen funcionamiento de las piernas. Mantener un tono muscular adecuado contribuye a mejorar la estabilidad corporal, algo esencial para evitar caídas, que pueden tener consecuencias graves, sobre todo en población de edad avanzada. Ejercicios sencillos como ponerse de puntillas, mantener una pierna elevada o practicar disciplinas como el yoga o el tai chi pueden mejorar enormemente este aspecto.

Asimismo, las piernas juegan un rol importante en el bienestar emocional. Moverlas y ejercitarlas libera endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”, que ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y la fatiga mental. Las actividades al aire libre, como caminar por la naturaleza o correr, combinan el movimiento físico con estímulos sensoriales positivos que benefician la salud mental.

Tres razones para relacionar la fortaleza de las piernas con un envejecimiento más lento

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