Y la Esperanza reina en el Polígono Sur
La Virgen llegó a la parroquia de Jesús Obrero, donde permanecerá hasta el próximo 18 de octubre
La Esperanza florece en el Polígono Sur con una alfombra hecha por sus vecinos
Así hemos contado el traslado de la Esperanza de Triana a las Tres Mil Viviendas en directo
Las Tres Mil Viviendas se empapa de Esperanza
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Nunca ha habido tanta Triana en el Polígono Sur como en estos días de la Misión de la Esperanza, o quizá estaba latente en los recuerdos de quienes tuvieron que dejar su barrio hace 50 años o más por las riadas o por la reordenación urbanística de una ciudad que quiso cambiar a costa de sus vecinos. Era domingo, día del Pilar, en la calle Madre del Creador, pero podría haber sido también Madrugada en calle Pureza o por el Altozano. Es más, por un momento por las calles Principito y Colmena parecía que pasaba el Guadalquivir. No pararon los gritos de "Viva la Esperanza de Triana", los aplausos, los llantos, los gritos... porque cuando se apela a la emoción sincera, dejarse llevar por ella es lo natural.
Pasan los Campanilleros, Esperanza de Triana Coronada, y las andas bailan y la mecen, andan hacia atrás, caracolean, y la gente no para de rezar, de llorar, de mirar. El traslado de la Virgen hasta la parroquia de Jesús Obrero ha sido toda una muestra de que la fe que nace desde lo más profundo no se puede ni debe encorsetar.
Ha habido tiempo para todo, se ha rezado el Rosario con la participación de todos los que estaban viéndolo. Increíble como ha resonado el rezo del ave maría en la Avenida de las Letanías o en Padre José Sebastián Bandarán. Se han gritado vivas a la Esperanza de Triana, a la Reina del Polígono Sur, a la Madre de Dios, le han dicho guapa con el alma hecha grito desgarrado y se ha rezado tanto, que las oraciones se entremezclaban en esos sitios donde se han sacado las sillas a las calles para que los más mayores vean pasar a su Virgen de cuando eran pequeños.
"Ole las flamencas. Eso se lleva en la sangre y Ella es de los nuestros", sentenciaba un vecino de la calle Juan de Mairena mientras la Virgen se movía al son de Pasan los Campanilleros. Mucho barrio, porque lo que está mostrando la Misión de la Esperanza a las Tres Mil es que hay vecinos con ganas de mejorar su barrio y de que sus calles sean un lugar donde poder vivir.
"Esto nos ha dado orgullo de barrio porque esta visita de la Esperanza de Triana ha demostrado que hay mucho positivo en el Polígono Sur". María del Carmen Cabeza Abril ha estado desde las seis de la mañana preparando la alfombra de pétalos, flores y romero por la que ha pasado la Virgen cuando salió de San Pío X camino de Jesús Obrero. Ella y unas 30 personas más han creado el grupo Engalanemos el barrio para adornar las calles por donde ha pasado la Esperanza de Triana. Ahí están jóvenes, mayores, ancianos, de todo. "Hemos quedado que nos vamos a organizar para vernos cada 15 días, ha sido una experiencia muy bonita que nos ha permitido conocernos entre los vecinos", explicó. Otra alfombra con flores y romero recibió a la Virgen cuando llegó a la parroquia de Jesús Obrero.
Ella es una de las que aguardaba a primera hora de la mañana en la puerta de la parroquia de San Pío X. La salida está prevista a las 9:30 pero desde las 8:00 hay personas esperando en la calle Madre del Creador. Una de ellas, Marina, ha empezado la peregrinación unas horas antes, a las cuatro de la mañana salía desde Málaga. "Mi Virgen de la Esperanza de Triana viene a mi barrio y yo tengo que estar allí", explicaba mientras no dejaba de mirar la puerta de la parroquia.
En el otro lado de la ciudad, en la Plaza de Cuba, desde las 7:30 quienes volvían de una noche de fiesta se mezclaban con muchas personas portando varas y "muy bien vestidos". "Aquí hay una boda", gritaba uno de los chavales. En realidad no era una boda, sino un paseo. Desde este punto salían hacia San Pío X gran parte de los 350 congresistas que han participado en el primer congreso de hermandades de la Esperanza y unos 240 hermanos de la Esperanza de Triana que no querían perder un detalle del traslado de su Virgen hacia Jesús Obrero. También se hace hermandad con estas cosas.
La impaciencia comenzó a apoderarse de quienes estaban en la puerta de San Pío X cuando un cohete cortó la respiración. La puerta se abrió y los ojos tuvieron solo un punto donde mirar. "Dios te Salve, Reina y Madre", todos continuaron la oración cuando se atisba la Esperanza sin corona y a ras de suelo. "Qué me gusta así, es como más madre, mirándola directamente a los ojos", comentó a su hija Consuelo. Ella lleva viviendo 50 años en Las Letanías pero no deja de ir todas las semanas a verla. "Si nací puerta con puerta", explica.
Las oraciones se entrelazaron una con otra mientas que le ponen la corona. "Dios te Salve, Reina, Madre y Capitana", cantan. El arzobispo comienza el rezo del rosario seguido por el público con tanta disciplina que es fácil olvidar que estamos en mitad de la calle. Tras el primer misterio con los sones de Esperanza de Triana Coronada interpretados por la Banda de Música de Las Cigarreras, . Las andas de la Virgen se volvieron hacia la puerta, despidiéndose de la que ha sido su casa una semana. Se lleva oraciones. Deja fe. Una vuelta completa, como si le costara trabajo irse. Muchos ancianos lloran. Ha habido muchas lágrimas de ojos que han visto pasar muchos años. "Sé que no se repetirá", afirmaban.
"Que cosa más grande" se ha repetido a cada paso. En la calle, muchas antiguas trianeras que se fueron al Polígono Sur. "Nos dijeron que teníamos que venir para acá, pero yo cada vez que puedo me voy a verla a Triana. Ahora me acuerdo cuando tenía 10 años y salía detrás de ella hasta la Campana, y como no nos dejaban pasar me iba a la Puerta de Palos y la volvía a coger", recordaba Aurora Fajardo. "Fíjate que mi nieta me llevó a las cuatro de la mañana la pasada madrugada para ir a verla". Otra de las señoras que están con ella contaba que ella está bautizada en la pila de los gitanos de Santa Ana, por eso esto "era lo más grande que nos han hecho, un pedazo de regalo".
Las fachadas adornadas, los balcones con las banderolas de la misión, hasta los bomberos en la Avenida de las Letanías esperan a la Esperanza para recibirla con una petalada.
Hermandades de la Esperanza
En el cortejo, las representaciones de las hermandades con esta advocación participantes en el I Congreso de Hermandades de la Esperanza que ha tenido lugar estos días. Las que son de la provincia de Sevilla conocían lo que mueve Triana, pero los de la hermandad de Tres Cantos estaban disfrutando de todo lo que ocurría alrededor con los ojos muy abiertos. "Es un regalo estar tan cerquita acompañándola".
Uno de los miembros de la Esperanza de Logroño, Charo, insistía emocionada: "Esto es para vivirlo". También estaba la Esperanza de Pedrera. Para el teniente de hermano mayor, Leopoldo Guillén, poder participar en la procesión "ha sido todo un orgullo".
Cuando la procesión llega a la zona de los comerciales, dos mujeres se desgañitan. "Valle, que somos de las tres Mil y trianeras. Trianeraaaa guapaaa". Una pancarta resume muchos sentimientos: Vida, dulzura y esperanza nuestra.
Es el tramo final y la Virgen entra en la calle Padre José Sebastián Bandarán. Un guiño a la historia de la hermandad. El recordado sacerdote que fue su director espiritual e hizo tanto por la hermandad trianera, parece que le indica el camino hacia Jesús Obrero. Esa será su parroquia hasta el día 18. Allí vuelve a levantar aplausos y gritos. Cuando la Virgen entra, una amiga se despide de otra. Cuando eran niñas jugaban y correteaban por el ahora paseo de la O. Ella tuvo que irse con sus padres al Polígono Sur. La otra, siguió viviendo en Triana. "Gracias porque hemos estado muy acompañadas con todo lo que la Misión supone", así se despide.
"Una misión con frutos incalculables", según el arzobispo de Sevilla
En la iglesia, abarrotada, comienza la misa. El arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, junto con los concelebrantes, entre ellos los párrocos de San Pío X y Jesús Obrero, suben al altar con la gente aún entrando en la iglesia porque la fe cuando se contagia, crece. Durante la homilía, el arzobispo recordó que el corazón del Polígono Sur está viviendo unos días "intensos de encuentro y escucha con la Virgen como compañera de ese camino de Esperanza como momento de fe y conversión" .
"En esta misión invitó a dejar que la palabra De Dios alimente vuestra esperanza. Ella quiere quedarse en familia, corazones y hacer de la misión una nueva etapa, un punto de partida. Que interceda por las familias de estos barrios, que todos se sientan abrazados. Cada uno de nosotros tenemos que ser constructores de esperanza en la comunidad", advirtió Saiz Meneses.
Sobre la procesión entre las dos parroquias, el arzobispo calificó el recorrido de conmovedor. "Pancartas, póster y vivas, y eso que no es Triana, que eso es jugar en casa. Es importante la trascendencia de la misión. Es incalculable lo que se está sembrando y el fruto que dará porque ponemos nuestra Esperanza en María".
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