Las tradiciones están para cumplirlas y más en una hermandad como el Valle, muy apegada a la tradición. Que hay que mantener una función principal a mediodía de una jornada laborable; se mantiene y no pasa nada, para eso es Viernes de Dolores, día antaño muy importante en el calendario cofradiero sevillano, en el cual numerosas hermandades de gran raigambre histórica celebraban sus principales cultos de regla.
Cita obligada a medianoche en la iglesia de la Anunciación para presenciar el traslado de la Virgen del Valle a su palio tras descender de su fastuoso altar, después de una jornada hispalense pródiga en besamanos, besapiés, veneraciones y traslaciones. Los sones de la marcha de Vicente Gómez Zarzuela al órgano siempre suenan solemnes, pero nunca tanto como en ese momento.
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