Marcao, su estigmatización y el antecedente de la dura sanción a Rüdiger
El club recurrirá el grave castigo de seis partidos que el Comité de Disciplina impone al central, señalado ahora por su salida de tono como antes lo estuvo por las lesiones o sus acciones defensivas
2025, el año histórico en el que el Sevilla logró menos triunfos en Nervión, sólo cuatro
La sanción de seis partidos de suspensión que el Comité de Disciplina ha impuesto a Marcao saltó a la palestra informativa nacional. Se trata de una sanción muy dura que el club recurirrá al Comité de Apelación, y ya se verá si luego recurre ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) y el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo, como hizo ya el año pasado con éxito con Lukébakio y este año, sin fruto, con Isaac tras la sanción de dos partidos por el derbi. En el caso de Marcao se combinan dos contextos: por un lado el agravio comparativo, y por otro la estigmatización de un futbolista que no endereza su rumbo.
En cuanto a los agravios comparativos, poco hay que añadir a lo obvio. Está muy reciente la sanción que propuso Antiviolencia para el cierre total del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán por los incidentes del derbi. Pero Antiviolencia no depende de la Real Federación Española de Fútbol, aunque será el Comité de Disciplina, que sí es de la RFEF, quien atienda o no esa propuesta de sanción de cierre por un mes del estadio.
Hay que ir a otros agravios, como los castigos a otros futbolistas por encararse con los árbitros o insultarlos. Porque la sanción a Marcao es por varios actos: un partido por la roja por doble amarilla, otro por patear un balón ante el cuarto árbitro y cuatro partidos por encararse e insultar a Muñiz Ruiz tras la segunda amarilla.
Está reciente el caso de Bellimgham, quien insultó en inglés a un árbitro, aunque no se encaró con él ni quedó registrado en el acta. Es muy recurrente también acudir a cómo Vinícius se encara con jugadores o árbitros sin que el peso de los comités federativos caiga sobre sus provocaciones. Pero, siguiendo con el rival del Sevilla en el partido en el que Marcao perdió los papeles, hay un precedente muy cercano que invita a pensar que Apelación no le quitará ni un solo partido.
El caso de Rüdiger en la Copa del Rey
Fue en Sevilla, en la final de la Copa del Rey disputada en el Estadio de la Cartuja el pasado 26 de abril que ganó el Barcelona (3-2). Rüdiger, desde el banquillo tras haber sido cambiado, perdió los nervios tras una falta en ataque de Mbappé al final de la prórroga y atacó al árbitro lanzándole un hielo de la bolsa que tenía en su pierna y amenazó con lanzarle más. Fuera de sí, tuvieron que sostenerlo entre otros muchos compañeros mientras amenazaba e insultaba a De Burgos Bengoetxea, que justificó en el acta su roja así: “Por lanzar un objeto desde el área técnica sin llegar a alcanzarme. Tras ser enseñada la tarjeta roja, tuvo que ser sujetado por varios miembros del cuerpo técnico, mostrando una actitud agresiva”.
El Juez Disciplinario único para competiciones no profesionales, que es quien sanciona en la Copa, impuso un castigo de seis partidos a Rüdiger aplicando el artículo 101 del Código Disciplinario “por producirse con violencia leve hacia los/as árbitros/as”. Y Apelación mantuvo los seis partidos pese a que el Real Madrid recurrió y pidió que se tuvieran en cuenta su arrepentimiento público.
La reincidencia de Marcao en acciones evitables
Poco puede esperar por tanto el Sevilla de sus recursos. ¿Y de Marcao, qué se puede esperar ya? Eso es harina de otro costal. El futbolista ha reincidido en fallos por exceso de agresividad, penaltis evitables y faltas fuera del área que no venían a cuento. Como la entrada sobre Rodrygo por la que Muñiz Ruiz le enseñó la primera amarilla y que ya podría haber sido perfectamente roja. Que realizara otra entrada en el centro del campo a Bellingham ya teniendo una amarilla, tirándose al suelo y por detrás no es admisible en un profesional de 29 años que además luce la capitanía del Sevilla.
Estaba claro que por la expulsión por doble amarilla le caería un partido de sanción y era esperable algún otro por su actitud al ver la roja. Otro partido le cae por darle una patada al balón cuando abandonaba el campo en las mismas barbas del cuarto árbitro. Ahí el Comité de Disciplina aplica el artículo 129 del Código Disciplinario (CD) y lo castiga con un partido “por conducta contraria al buen orden deportivo". Y lo gordo llega por encararse con Muñiz Ruiz y llamarlo “filho da puta madre”. Aplica el artículo 99 del CD y lo castiga con “cuatro partidos de suspensión por insultos, ofensas verbales y actitudes injuriosas” al árbitro.
Almeyda no insultó: sólo un partido de sanción
Muñiz Ruiz reflejó su actitud y el insulto en el acta: “Se encaró hacia mi persona a escasa distancia de mi cara de forma intimidante teniendo que ser retirado por sus compañeros. Cuando fue separado se dirigió a mí en lo siguientes términos: ‘Fillo (sic) da puta madre’, dirigiéndose al túnel de vestuarios donde propinó una patada al balón que había en la zona del cuarto árbitro”.
A Matías Almeyda le cae sólo un partido por doble amarilla, porque en el acta no hay reflejado ningún insulto ni menosprecio. El colegiado gallego le mostró la primera amarilla por realizarle observaciones “de forma insistente”. Y la segunda “por realizar observaciones de forma insistente en el túnel de vestuarios, habiendo sido advertido en reiteradas ocasiones”. El argentino habló con respeto. Pero ahí sí hay agravio comparativo con otros técnicos que no hablan con tanto respeto. En cuanto a Marcao no sólo está estigmagtizado por sus lesiones y no saber medirse. Ahora también por una dura sanción ejemplarizante.
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