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"Ni los vegetales ni la dieta detox te servirán para prepararte para la cena de Nochebuena", explica este nutricionista

La solución es complementar la alimentación con el ejercicio días antes para que el cuerpo no note cambios bruscos

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Cena de Nochebuena / Freepik

En una semana estaremos celebrando la Nochebuena y muchas personas están preocupadas porque no saben cómo afrontar la cena principal que será más copiosa que las que hacemos otros días del año. La mayoría de indíviduos opta por seguir dietas detox o tomar vegetales los días previos para preparar al cuerpo, pero realmente es un grave error.

Según el nutricionista Vázquez, "Las personas que suben tres kilos durante las navidades no es que fabriquen tres kilos de grasa, es que retienen mucho líquido". Esas comidas se transforman en calor dentro del cuerpo, por lo que se provoca la fabricación de azúcares, calorías de la grasa y calorías de alcohol. Así que el cuerpo necesita esa retención de líquidos para compensar todo el daño. Como respuesta, buscamos la solución para saber cómo afrontar la llegada de las cenas más especiales del año y, más copiosas, que son la de Nochebuena y Nochevieja.

En un ejemplo claro que explica el nutricionista se entiende a la perfección: "Tú piensa en el hombre que está sudando y dice: oye, ¿os importa que abra un poquito la ventana? La respuesta de su mujer es: oye, ni se te ocurra abrir la ventana que yo estoy helada. La solución a la que se llega es que ese hombre ha comido y bebido más de la cuenta y, por lo tanto, le ha subido la tensión peligrosamente".

Cómo afrontar la cena de Nochebuena

Según el nutricionista Vázquez, la solución puede estar en hacer una dieta bajísima en hidratos de cabornos y con ejercicios dos o tres días antes. Esto se traduce en una mejora a la sensibilidad a la insulina y para vaciar los depósitos de glucógeno del hígado y de los músculos. El resultado es una mayor capacidad metabólica, mayor rapidez y eficacia en la quema de grasas y utilización de azúcares.

Cómo sería una dieta baja en hidratos de carbonos

Esta se caracteriza por reducir de forma significativa el consumo de alimentos ricos en azúcares y almidones, priorizando otros nutrientes como las proteínas y las grasas saludables. Este tipo de alimentación busca disminuir los picos de glucosa en sangre y favorecer que el organismo utilice la grasa como principal fuente de energía.

En una dieta baja en hidratos de carbono se limitan alimentos como el pan, la pasta, el arroz, las patatas, los cereales refinados, los dulces y las bebidas azucaradas. En su lugar, se fomenta el consumo de verduras bajas en carbohidratos, como las de hoja verde, el brócoli, el calabacín, la coliflor o los espárragos, que aportan fibra, vitaminas y minerales esenciales. También se incluyen frutas con bajo contenido en azúcar, como las fresas, los arándanos o el aguacate, consumidas con moderación.

Las proteínas juegan un papel importante en este tipo de dieta. Se pueden obtener de alimentos como carnes magras, pescado, huevos, mariscos y productos lácteos naturales. Estas ayudan a mantener la masa muscular y a generar una mayor sensación de saciedad. Las grasas saludables también son fundamentales y provienen de fuentes como el aceite de oliva, los frutos secos, las semillas y el pescado azul, contribuyendo al buen funcionamiento del organismo.

Una dieta baja en hidratos de carbono suele organizarse en comidas equilibradas, donde cada plato combina proteínas, grasas saludables y vegetales. Además, se recomienda una adecuada hidratación y prestar atención a la calidad de los alimentos, evitando productos ultraprocesados.

Referencias bibliográficas:

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