La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Nos libramos de pasar vergüenza
Una oportunidad única. Los conventos de clausura de Sevilla han puesto sus miras en el programa de subvenciones para la restauración de bienes muebles de carácter religioso de la consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para recuperar su basto patrimonio. Cinco cenobios de la capital han presentado sus proyectos para intervenir retablos, pinturas o esculturas: Ntra. Sra. de Consolación (mínimas de Triana), Madre de Dios, Santa Inés, San Leandro y Santa Paula.
La Consejería de Cultura y Deporte publicó el pasado 10 de julio en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía la convocatoria para la concesión de subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, dirigidas a la conservación-restauración de bienes muebles del patrimonio cultural con carácter religioso para el ejercicio 2025, con la que se da continuidad a las ayudas impulsadas por el gobierno andaluz la pasada legislatura, cuando se movilizaron más de seis millones de euros para tal fin.
La nueva convocatoria de ayudas, con un importe de 2,2 millones de euros, incluye novedades con el objetivo de agilizar el procedimiento y reducir las cargas administrativo. Además, las subvenciones aumentan su importe máximo hasta los 40.000 euros y se puede llegar al 100% del presupuesto aceptado para evitar que las entidades beneficiarias tengan que buscar financiación complementaria para la restauración del bien patrimonial objeto de la ayuda.
Esto ha sido clave para que los conventos se animen a presentar sus proyectos. Todos ellos han solicitado el 100% de la ayuda para unas intervenciones que no superan los 40.000 euros. Desde las comunidades se advierte que de otro modo no podrían afrontar los trabajos. Todas las obras que concurren al programa de ayudas tienen en común que se encuentran en un estado de conservación muy delicado y cuentan con una calidad artística excepcional.
Las monjas mínimas del Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación de Triana han presentado un proyecto para restaurar la escultura del Ecce Homo atribuido a Pedro Roldán. El proyecto firmado por la conservadora y restauradora Andrea María Peral califica el estado de esta importante obra de finales del siglo XVII como "malo".
La escultura, que mide 0,76 metros de altura, 0,47 metros de ancho y 0,41 metros de profundidad, ha sido objeto de una profunda evaluación que revela una multitud de alteraciones que afectan tanto a su superficie como a su estructura interna.
Las alteraciones más destacadas incluyen:
Este detallado diagnóstico sienta las bases para un minucioso proceso de conservación que buscará estabilizar la obra, recuperar su integridad material y devolverle su esplendor original, asegurando así la preservación de esta importante pieza del patrimonio artístico. El plazo de ejecución se ha fijado en 6 meses y el presupuesto total general asciende a 10.826, 41 euros.
El histórico retablo del Santo Entierro, una joya del renacimiento y manierismo ubicado en el Monasterio de Madre de Dios de la Piedad, será sometido a un completo proyecto de conservación y restauración con un presupuesto total de 39.990,39 euros y un plazo de ejecución de doce meses. El proyecto, liderado por el conservador-restaurador Darío Ojeda Cordero, busca devolver la integridad a esta importante obra de arte que se encuentra en un "pésimo estado de conservación".
El retablo, que datado entre 1580-1585, es Bien de Interés Cultural (BIC) desde 1971. Fue encargado como lugar de enterramiento familiar por el capitán Alonso Pérez Romero y su esposa Catalina de Palacios y Torres, aunque la inscripción en la obra data su finalización en 1620, el estilo manierista del retablo es notablemente anterior. Se trata de una estructura de madera dorada y policromada de 6,50 m de altura por 3,55 m de anchura y 0,85 m de profundidad, que integra pinturas al óleo sobre tabla y relieves escultóricos.
La autoría del retablo se atribuye a Miguel Adán, mientras que la tabla pictórica central del Santo Entierro podría ser obra de Juan Gui o un autor anónimo flamenco. Las pinturas laterales, que representan a San Andrés y Santiago, la Visitación de la Virgen a Santa Isabel, la Imposición de la Casulla a San Ildefonso y el Martirio de Santa Catalina, se atribuyen a Pedro de Villegas Marmolejo. La iconografía del retablo, de composición clásica renacentista con influencias flamencas, se completa con relieves de las virtudes de la Fe y la Prudencia en las enjutas del arco, y una pintura del Calvario en el frontón triangular.
El retablo es considerado singular por su calidad artística y su relación con destacados escultores y pintores sevillanos y castellanos de finales del siglo XVI. Como se recoge en el proyecto, representa un modelo extendido en Castilla con influencias manieristas romanistas y miguelangelescas, combinadas con la fuerte tradición flamenca. Actualmente, mantiene su uso cultual y devocional, y tras la restauración de la iglesia y la futura apertura de una sala de exposiciones, se potenciará también su valor cultural y artístico.
El estudio preliminar ha revelado un "pésimo estado de conservación generalizado" que afecta a todos sus componentes. Las principales alteraciones incluyen:
La complejidad estructural del retablo requiere un desmontaje completo y su traslado al estudio-taller para su intervención. El plazo de ejecución es de 12 meses.
Las monjas agustinas del convento de San Leandro han presentado a la consejería de Cultura el proyecto para restaurar el retablo de San Agustín, una pieza clave del barroco sevillano que se encuentra en un estado de conservación deficiente. El proyecto, con un presupuesto total de 39.996,64 euros y una duración estimada de 12 meses, busca devolver su esplendor y asegurar la perdurabilidad de este Bien de Interés Cultural.
El Retablo de San Agustín, datado en 1650, es una destacada obra de estilo barroco que se ubica en el muro de la epístola del Real Monasterio de San Leandro en Sevilla. Su autoría se atribuye a Francisco Dionisio de Ribas para el ensamblado del retablo, mientras que las esculturas tradicionalmente se adscriben a Alfonso Martínez o Felipe de Ribas, enmarcadas dentro de la escuela sevillana.
El retablo se compone de tres calles y dos cuerpos más ático. Alberga esculturas de santos masculinos como San Agustín de Hipona, Santo Tomás de Villanueva y San Nicolás de Tolentino en el primer cuerpo. El segundo cuerpo incluye a santas femeninas de la orden, como Santa Clara de Montefalco y Santa Rita de Casia, y un altorrelieve de San Agustín con su madre Santa Mónica en el puerto de Ostia. El ático está coronado por un altorrelieve de la Virgen con Niño, flanqueado por dos esculturas que representan la Fe y la Esperanza. También incluye dos pequeñas tablas pintadas con Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Paula.
El diagnóstico realizado por el restaurador Darío Ojeda revela un "mal estado" de conservación generalizado, con daños activos que ponen en peligro su integridad. Las principales alteraciones identificadas incluyen:
El Real Monasterio de Santa Inés ha concurrido con el proyecto de Conservación y Restauración para el Retablo de Nuestra Señora del Rosario, otra pieza fundamental del patrimonio cultural sevillano. Con un presupuesto total que asciende a 39.699,70 euros y una duración estimada de 12 meses, esta intervención integral busca devolver al retablo su integridad material y sus cualidades artísticas originales.
El retablo, ubicado en la cabecera de la nave de la epístola del cenobio de religiosas clarisas, es un Bien de Interés Cultural (BIC) y está inscrito en el Inventario General de Bienes Muebles. Aunque su estructura actual data del siglo XIX, con una escultura del siglo XVIII, las pinturas sobre tabla que lo componen son renacentistas (siglo XVI). Estas pinturas, que se han relacionado con la influencia flamenca e italianizante, e incluso con los grabados de Durero, son consideradas las obras más antiguas del templo, según advierte el proyecto redactado por la conservadora y restauradora Carmen Márquez Ramos.
El estudio preliminar ha revelado un mal estado de conservación generalizado en el conjunto retablístico, con daños significativos que ponen en peligro su integridad. Las principales alteraciones detectadas incluyen:
Uno de los objetivos clave de la intervención es la reordenación iconográfica del retablo, ya que las pinturas fueron desordenadas en reformas del siglo XIX y XX. Se buscará recuperar su aspecto más primigenio posible y restituir la imagen original de la Virgen del Rosario a su lugar central.
El Real Monasterio de Santa Paula ha presentado el proyecto de conservación-restauración para su Retablo de San Juan Bautista, datado en el siglo XVII. La responsabilidad técnica de los trabajos recae en Isabel Rabadán del Saz, conservadora-restauradora de Bienes Culturales.
Se trata de una obra maestra del barroco sevillano. Ubicado en la iglesia del monasterio, en el primer tramo del lado de la epístola, fue encargado en 1637 a Felipe de Ribas, ensamblador y escultor de la escuela montañesina. En 1638, Juan Martínez Montañés se unió al proyecto, esculpiendo la imagen central de San Juan Bautista, una de sus últimas obras documentadas y caracterizada por su delicadeza y fuerza expresiva. La obra se completó alrededor de 1640.
Desde su creación, el retablo ha mantenido su función original como altar devocional y elemento litúrgico, un uso ininterrumpido que ha favorecido su conservación y reforzado su valor patrimonial inmaterial. Se mantiene en su ubicación original, sin traslados ni cambios de emplazamiento, lo que le confiere un valor adicional como pieza "in situ". La obra es también una fuente material de información sobre las técnicas constructivas, pictóricas y de dorado del barroco sevillano.
El retablo se encuentra en un estado de conservación global calificado como "malo", a pesar de tener estructuras estables. Se observan diversas alteraciones superficiales que comprometen su integridad estética. Entre los daños más significativos se encuentran:
Recientemente, la imagen de San Juan Bautista fue intervenida recientemente por Enrique Gutiérrez Carrasquilla por lo que no presentaría problemas. El plazo de ejecución es de 12 meses.
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