El Palquillo

Recorrido por las iglesias del Miércoles Santo en Sevilla

Iglesia de San Martín / Rafa del Barrio

Una jornada más, y ya nos acercamos progresivamente al punto muerto de la fiesta, las iglesias se posicionan como ejes fundamentales de la propia historia de sus cofradías. Porque, por ejemplo, no se comprendería el barrio de Nervión sin la parroquia de la Concepción Inmaculada, sede de la hermandad de la Sed, la primera que se pone en la calle.

Construida en 1929, fue proyectada por Antonio Arévalo, quien se inspiró en la Basílica de San Pedro para su trazo. 

Caminando por Eduardo Dato nos asomamos a las orillas del barrio de San Bernardo, uno de los arrabales más viejos de toda la ciudad. La torre de su parroquia se divisa prácticamente desde todas las alturas de Sevilla y en ella reciben culto el Cristo de la Salud y la Virgen del Refugio, cofradía fundada en 1748 pero fusionada posteriormente con la Sacramental. Es característico su color albero y su estrecha vinculación con el mundo de la tauromaquia. 

Omnium Sanctorum vuelve a vestirse de gala para la salida de la hermandad del Carmen, fundada a finales de los años 80 y que es una de las más jóvenes de la nómina de la Semana Santa.

Este templo cerrará sus puertas en mayo con motivo de obras de restauración en fachadas y saneamiento del interior. Desde el antiguo convento franciscano de San Antonio de Padua sale la hermandad del Buen Fin, fundada por los curtidores allá por el siglo XVI. Sus nazarenos visten de color marrón en referencia a la orden que siempre habitó este cenobio.

Desde la primitiva iglesia de San Martín sale la Lanzada, lugar en el que recibió sepultura Juan de Mesa. La cofradía, tras varios siglos de itinerancia por diferentes templos, se asentó en esta iglesia, que es de las únicas de estilo gótico de toda la ciudad (siglo XV). 

En la calle Adriano se levanta la coqueta y personalísima capilla de la Piedad, donde reciben culto los titulares del Baratillo en recuerdo de aquella cruz de forja que se situó en este enclave allá por el siglo XVII.

En la antigua calle de Quebrantahuesos, hoy Orfila, los alarifes levantaron una capilla que terminaría siendo sede de Los Panaderos a finales del XIX.

Por último, en San Pedro, se ubican los titulares del Cristo de Burgos, cuyo crucificado cumple 450 años de su hechura por Vázquez el Viejo. En San Vicente, Las Siete Palabras y sus tres pasos, una de las salidas más hermosas del Miércoles Santo.  

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