Demasiado tiempo ha transcurrido ya, en plena época de planificación, desde que Monchi les comunicara a los consejeros delegados del Sevilla que quiere irse. Una semana es una eternidad en este tiempo contra el reloj del mercado. Queda menos de un mes para que José Luis Mendilibar se encuentre con una treintena larga de futbolistas, entre los que tuvo a sus órdenes y siguen con contrato en vigor de la temporada pasada y los que 14 jugadores, incluidos los canteranos que ya no tienen cabida en el filial, que regresan de sus respectivas cesiones. La cita para las pruebas médicas es el 8 de julio y el 9 por la tarde ya viajará la expedición a Montecastillo, un mes antes de que empiece la Liga.

Ayer, al menos, hubo un avance. Según desveló Marca, Monchi se reunió en Sevilla con ejecutivos del Aston Villa, que conocieron de primera mano las condiciones de su contrato y las exigencias del comité de dirección del Sevilla para poder rescindir y firmar uno nuevo. Unai Emery también tiene prisa por que el director deportivo con el que estuvo trabajando entre enero de 2013 y mayo de 2016, y con el que logró tres Europa Leagues consecutivas, se remangue y se ponga manos a la obra para darle otra vuelta de tuerca a su Aston Villa.

La esperada oferta del Aston Villa

Monchi ya conoce las intenciones de los villanos y ahora éstos deben dar el siguiente paso, que en la tarde de ayer martes no se había producido aún: presentarle al Sevilla una oferta económica con la que compensar la marcha de su incónico gestor técnico.

En el comité de dirección de momento no se han movido de su postura inicial y remiten a esos 2,5 millones de euros en los que, aproximadamente, está fijada la cláusula de rescisión del contrato que firmó, por tiempo indefinido, Monchi cuando regresó de la Roma en la primavera de 2019. Ahí se hace fuerte el Sevilla, que ha expresado interna y públicamente, por boca de José Castro y José María del Nido Carrasco, su deseo de que Monchi continúe, que recapacite.

La escenificación de una fractura

Pero esta opción ya ha quedado caduca después de la fractura total escenificada el lunes, cuando el director deportivo, con cara destemplada, se dejó ver ante la prensa que estaba ante el estadio para desvelar que no había sido invitado a la reunión del consejo de administración en la que, presumiblemente, el tema central iba a ser precisamente la situación de Monchi.

La protesta pública que hizo Enrique de la Cerda, único portavoz que representa actualmente a José María del Nido en el consejo, también iba en ese sentido. "Me habría gustado conocer las razones de Monchi", dijo el lunes a la prensa que esperaba ansiosa noticias ante la puerta de cristales.

La cláusula de 2,5 millones y la intención inglesa

Entretanto, el comité de dirección sigue esperando que el Aston Villa dé el paso de una primera oferta, ante la que posiblemente remitirá a esa cantidad de 2,5 millones de euros. Para esto, tiene el as en la manga de la tardanza de Monchi en comunicar que se quería ir, puesto que en el contrato se especificaba que debía hacerlo con tres meses de antelación. Esto supone una presión añadida para el Aston Villa a la hora de sentarse a negociar la cantidad a pagar.

Ahora bien, si es cierto, como desveló The Telegraph el lunes, que el Aston Villa tiene la intención de pagar 1,7 millones de libras (1,985 millones de euros), para fichar a Monchi en sustitución de Christian Purslow, la entente, limando cantidades, debe ser la salida que termine de solucionar este entuerto. Porque ni Monchi ni el Sevilla pueden seguir erosionándose ante una afición estupefacta, que ha pasado de la euforia de la Séptima a la incredulidad de esta nueva lucha intestina de mensajes velados. Urge una solución salomónica.