Sevilla-Getafe: Los últimos detalles y las cosas bonitas
La previa
El atasco de las inscripciones y la imposibilidad de alinear a los tres fichajes afean el debut en casa ante un precario Getafe
Iheanacho 'bloquea' las inscripciones que negocia el Sevilla con LaLiga
Hasta una hora antes, aproximadamente, del partido, no se sabrá a ciencia cierta qué equipo presentará Matías Almeyda en su debut oficial en el banquillo del Ramón Sánchez-Pizjuán. Como en un trasunto extremo de la deriva del fútbol, el anfitrión funciona casi como un convidado de piedra en esta deriva hacia la espectacularización en la que el espectador ya ni siquiera sabe para qué ha pagado su entrada o su abono. ¿Estará Rubén Vargas o será Ejuke el encargado de driblar y driblar en la banda izquierda? ¿Será Gabriel Suazo, con la llamada calentita del nuevo seleccionador de Chile, o habrá de ver el hincha sevillista de nuevo a pierna cambiada a José Ángel Carmona? Así está el Sevilla de hogaño, víctima propiciatoria por muchos factores endógenos y algunos exógenos cuando va a estrenarse el Pelado en un banquillo de alcurnia.
Matías Almeyda quiso poner cara de entusiasmo ante el “sueño” y la “ilusión” de sentarse en el banquillo nervionense por primera vez para un partido oficial, pero el ceño fruncido de su frente no podía esconder el desencanto, como si fuera un espejo cóncavo del sentimiento de un sevillismo descorazonado entre promesas vanas. En su última comparecencia, la de la presentación de Odysseas Vlachodimos, habló Antonio Cordón de que estaban por llegar “cosas bonitas”. Y Almeyda tuvo que soltar una mentira piadosa cuando se le preguntó por el asunto de las inscripciones: “Se están ultimando detalles”. Y así anda el sevillismo, esperando cosas bonitas mientras se ultiman detalles por no echarse a la boca la nada.
El ambiente, desde luego, no será el que esperaría un triunfador del fútbol como Almeyda en su puesta de largo como técnico de un club como el Sevilla. El graderío volverá a estar casi tan crispado como en las algaradas de las dos temporadas precedentes, en las que el sevillismo le declaró mayoritariamente la guerra al actual consejo de administración presidido por José María del Nido Carrasco.
Ya se pudo comprobar que poco había cambiado en este sentido en el Trofeo Antonio Puerta, convertido en los últimos años más en un termómetro de la temperatura de la afición que en un homenaje al inolvidable zurdo nervionense o en un partido de presentación. Si acaso, el dúo formado por Cordón y Almeyda minimizará algo el ruido de las protestas por el beneficio de la duda que les ha concedido el sevillismo, que quedó menos traspuesto de lo esperado a priori por la puesta en escena en San Mamés. Pero no será un ambiente de gala. El Getafe, único club con menos inscritos que el Sevilla, tampoco invita a ello.
Futbolísticamente, el equipo de Almeyda demostró en Bilbao que tiene arrestos para ir de verdad por cualquier rival. Ay, la endémica fragilidad del sistema defensivo... Y enfrente estará el equipo de un Bordalás que fue ofrecido en primavera al Sevilla... huyendo de la crisis azulona quizá, sin saber que estaba pidiendo meterse en otro avispero aún peor. Vaya avispero. ¡Ultimen los detalles!
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