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La Vía de la Plata es uno de los Caminos de Santiago más largos y duros dentro de la Península Ibérica. Casi mil kilómetros separan Sevilla de la capital gallega.
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En las ocho provincias que atraviesa, el peregrino admirará un rico patrimonio natural y cultural. Dehesas, bosques, sierras, lagos, arroyos... todo ello ante la presencia de ruinas romanas, iglesias románicas, catedrales, monasterios o hermosos puentes medievales.
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No es un trayecto sencillo. Algunas etapas son muy largas por la dispersión de las poblaciones en ciertos tramos, especialmente en Extremadura. Asimismo, hay que tener mucha precaución con la meteorología. El sol y el calor castigan demasiado en unos recorridos muy solitarios y sin servicios que en ocasiones presentan muy poca sombra o resguardo. No es aconsejable hacerlo en verano.
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Por otro lado, los perfiles de las etapas presentan notables diferencias. La Vía de la Plata pasa por Sierra Morena, el Sistema Central, la Sierra de la Culebra y el Macizo Galaico, por lo que presenta varios puertos de montaña que, sin ser excesivamente elevados, sí hay que tenerlos en cuenta. En cambio, hay otras zonas en las que el sendero progresa por las amplias llanuras de la meseta, con largas rectas que se pierden en el horizonte y que pueden minar la paciencia del senderista.

Emilio J. de los Santos
22,5 kilómetros | Dificultad baja
La primera jornada arranca ante la Puerta de San Miguel de la Catedral de Sevilla. Tras callejear por la capital hispalense, cruzamos el Guadalquivir para encaminarnos al norte. Es una etapa que presenta dos variantes: una muy urbana por Camas y otra más tranquila cerca del río. Antes de llegar a Guillena, podremos disfrutar en Santiponce de dos tesoros: el monasterio de San Isidoro del Campo y las ruinas romanas de Itálica.

Emilio J. de los Santos
18,5 km | Dificultad baja
La segunda etapa es mucho más tranquila gracias a que se aparta del tráfico en su mayor parte. Consta de dos partes diferenciadas: la primera avanza entre campos de cultivo, mientras que la segunda se interna en la Sierra Norte de Sevilla y recorre varias dehesas de gran belleza.

Emilio J. de los Santos
28 km | Dificultad alta
Primera etapa dura y solitaria del recorrido, un buen ejemplo de lo que es esta Vía de la Plata. Nos aguarda un tramo inicial muy pesado con 16 kilómetros junto a una carretera local entre Castilblanco y la entrada de la Finca Becerra. Le sigue una caminata mucho más agradable entre dehesas para concluir con una corta pero empinada rampa al Alto del Calvario. Almadén está al otro lado, tras una pronunciada bajada.

Emilio J. de los Santos
14 kilómetros | Dificultad moderada
La última jornada por la provincia de Sevilla es algo corta, pero de gran belleza. En todo momento progresa por bucólicos paisajes llenos de encinas y alcornoques. Dado que se está atravesando la Sierra Norte, el perfil es más irregular. La Colada de Bonales es el accidente geográfico más destacado.

Emilio J. de los Santos
20 kilómetros | Dificultad moderada
Entramos en la provincia de Badajoz: el arroyo de la Víbora marca la frontera. Tras vadearlo, seguimos durante una larga distancia una pista muy ancha y cómoda que recorre un bonito paraje hasta desembocar en la N-630. Entre la carretera y la autovía A-66, remontamos el Puerto de la Cruz antes de alcanzar Monesterio.

Emilio J. de los Santos
20,5 kilómetros| Dificultad moderada
La Vía de la Plata comienza a dejar atrás las montañas para internarse en las amplias llanuras pacenses. Las agradables dehesas irán dando paso a tierras de labranza, muy monótonas y con escasa sombra. Esta etapa comenzará a castigar psicológicamente al peregrino, ya que veremos la meta cuando aún faltan 10 kilómetros para acabar.

Emilio J. de los Santos
25,5 kilómetros | Dificultad moderada
Primera etapa que transcurre completamente por la llanura pacense. El recorrido es muy monótono en la mayor parte, con escasas poblaciones intermedias. Esto será habitual en la Vía de la Plata. La meta es Zafra, una ciudad con un interesante patrimonio.

19,5 kilómetros | Dificultad baja
Etapa razonablemente sencilla y corta. La jornada presenta una distancia de menos de 20 kilómetros, con un perfil algo más variado y una localidad intermedia. Nuestro objetivo es Villafranca de los Barros, municipio de tamaño medio y bastante acogedor.

26,5 kilómetros | Dificultad baja
La novena etapa es una de las más aburridas de todo el trayecto. Es larga, pero lo peor es que además se hace muy pesada ya que una vez que se sale de la localidad inicial, apenas hay distracciones: una extensa llanura con viñedos. Nada más. Ni sombras, ni fuentes... ni gente.

Emilio J. de los Santos
15 kilómetros | Dificultad baja
Jornada de transición, es decir, de puro trámite. Etapa corta, bastante sosa y sin demasiadas complicaciones. Eso sí, el final merece mucho la pena: llegamos a Mérida, primera ciudad importante que nos encontramos en la Vía de la Plata tras salir de Sevilla. La brevedad del recorrido permitirá aprovechar la tarde para disfrutar de la antigua Augusta Emerita.

Emilio J. de los Santos
36 kilómetros | Dificultad alta
La Vía de la Plata cambia a partir de Mérida. El paisaje mejora notablemente, pero a costa de un incremento considerable de las distancias. Esta etapa es la primera que supera los 30 kilómetros. Por suerte, su perfil no es duro: llano en la primera mitad y en un progresivo aunque suave ascenso en la segunda parte.

Emilio J. de los Santos
37,5 kilómetros | Dificultad alta
Si la etapa anterior ya era muy larga, ésta puede parecer eterna... ¡y no es la peor de la Vía de la Plata! Afortunadamente, el recorrido es bastante variado y casi siempre va por zonas agradables. El perfil ya es otra cosa, pues acumula más subidas y bajadas, con un ascenso modesto al final que puede ser la puntilla para el cansado peregrino.

Emilio J. de los Santos
33,5 kilómetros | Dificultad moderada
Tercera etapa consecutiva con más de 30 kilómetros. Este recorrido es de los más peculiares porque no acaba en una población, sino en un solitario albergue con unas espectaculares vistas del Embalse de Alcántara, el segundo más grande de España.

Emilio J. de los Santos
20 kilómetros | Dificultad moderada
Al fin una etapa algo más corta. El trayecto entre el Embalse de Alcántara y la pequeña localidad de Grimaldo tiene un total de 20 kilómetros con sólo un municipio, Cañaveral, como parada intermedia justo en la mitad. Lo más destacado será el pronunciado ascenso Alto de los Castaños.

Emilio J. de los Santos
30 kilómetros | Dificultad moderada
El recorrido avanza por un bellísimo paraje lleno de alcornocales, ganado y algunos embalses de pequeño tamaño. Todo muy bucólico, especialmente en primavera. La naturaleza será la principal atracción hasta que lleguemos a la pintoresca localidad amurallada de Galisteo. Después, la cosa empeora: hay que aguantar una carretera en el tramo final que se nos hará eterna.
Descripción completa de la etapa

Emilio J. de los Santos
38,5 kilómetros | Dificultad alta
En esta jornada vamos a aprender el sentido de la palabra paliza. No es la etapa más larga de esta guía, pero sí es la única en la que no hay ningún servicio intermedio. Por suerte, el trazado es precioso, de nuevo entre dehesas y praderas. La gran atracción de la jornada es el arco romano de Cáparra, símbolo de la Vía de la Plata en Extremadura. El perfil va en ligero ascenso, pero nunca llega a apreciarse.

Emilio J. de los Santos
30,5 kilómetros | Dificultad moderada
Toca despedirnos de Extremadura. Nos quedan unos 10 kilómetros antes de salir de Cáceres y entrar en Salamanca. En esta etapa, las montañas serán nuestras compañeras. Atravesaremos el Sistema Central por la comarca de la Sierra de Béjar, viendo al oeste la Sierra de Francia. No llegaremos a sufrir pendientes demasiado empinadas, pero el Camino irá ascendiendo poco a poco hasta colocarse en cotas más altas de la Meseta Central.

Emilio J. de los Santos
39,5 kilómetros | Dificultad alta
Alcanzamos la etapa reina de esta guía. Roza los 40 kilómetros, aunque hay opciones intermedias para poder dividirla. Se alcanzará el techo del trazado principal de la Vía de la Plata (sin incluir la variante sanabresa): subiremos el Pico de la Dueña, con 1.165 metros de altura.

Emilio J. de los Santos
23,5 kilómetros | Dificultad baja
Tras la intensidad y belleza de las últimas jornadas, la aproximación a Salamanca puede saber a poco. De hecho, es la típica etapa de acceso a una ciudad. Salvo un tramo de dehesa al principio y algún punto de relevancia histórica, el recorrido no tiene mucho de especial. Eso sí, la capital salmantina es una maravilla, con mucho que ver.

Emilio J. de los Santos
36,5 kilómetros | Dificultad alta
La etapa más desquiciante de todas. Es un trayecto muy largo, pero apenas tiene desniveles y avanza por pistas en buen estado. El horror para el caminante viene en su fase final con 20 kilómetros interminables a pleno sol por un carril que va en paralelo a la autovía A-66. Exige mucha resistencia mental por parte del peregrino.

Emilio J. de los Santos
31,5 kilómetros | Dificultad moderada
En esta jornada alcanzamos ya Zamora, una joya románica que nos invitará a recorrer su bello casco histórico. Pero antes tendremos que soportar otra etapa larga de escaso atractivo natural entre campos de cultivo y extensas llanuras. Nos aguarda alguna sorpresa, como las ruinas del Convento de Santa María del Soto.

Emilio J. de los Santos
19 kilómetros | Dificultad baja
La Vía de la Plata se adentra en la Tierra de Pan, una comarca cubierta de campos de cereal. Nos aguardan otra vez amplios cultivos que se pierden en el horizonte mientras avanzamos por caminos de concentración parcelaria. En resumen, otra jornada bastante monótona.

Emilio J. de los Santos
22,5 kilómetros | Dificultad baja
Un distancia razonable con un perfil algo más ondulado que días previos. Salvo por su final, puede resultar hasta distraída por los bandazos que da y por alguna sorpresa que atesora, como el despoblado de Castrotorafe. En Granja de Moreruela tendremos que decidir qué variante tomar hasta Santiago.

Emilio J. de los Santos
25 kilómetros | Dificultad moderada
Hemos decidido ir por la variante sanabresa en la bifurcación de Granja de Moreruela. El también llamado Mozárabe u Ourensano se estrena con una etapa bastante más variada que las anteriores. Su primera mitad es bastante bonita gracias a las vistas del Embalse de Santa Eulalia. Por desgracia, la segunda parte retorna a las largas rectas entre campos de cultivos.

Emilio J. de los Santos
34 kilómetros | Dificultad moderada
Otra etapa larga. El recorrido comienza atravesando la Sierra de las Cavernas para ir en busca del Valle del Tera. El paisaje irá cambiado desde un monte bajo a un paisaje de ribera. Por desgracia, gran parte de esta etapa se ha visto dañada por los incendios del pasado verano. Los senderos están practicables, pero veremos mucha vegetación calcinada.
Descripción competa de la etapa

Emilio J. de los Santos
25 kilómetros | Dificultad baja
El recorrido sigue avanzando junto al Río Tera en busca de la Presa de Agavanzal. Visitaremos el hospitalario pueblo de Rionegro del Puente, con una historia muy vinculada a los peregrinos.

Emilio J. de los Santos
31 kilómetros | Dificultad moderada
El Camino Sanabrés comienza a desplegar su belleza. En esta etapa, el paisaje ya cambia considerablemente, se hace más húmedo y agradable a la vez que comienza a notarse un perfil algo más escarpado. Nos aguardan muchas subidas y bajadas, aunque cortas y sin excesivas dificultades. La soledad del recorrido, con tramos de bosques cada vez más densos, se verá interrumpida por varias aldeas con encanto. El final lo tenemos en Puebla de Sanabria, considerado uno de los pueblos más bonitos de España.

Emilio J. de los Santos
30 kilómetros | Dificultad alta
La variante sanabresa afronta en esta jornada su primera subida de importancia. El puerto de montaña del Padornelo, con sus 1.381 metros de altura, protagoniza con su subida y su bajada el trazado. Si bien, no es un ascenso excesivamente fuerte, salvo algún repecho en su tramo final. Puede que a más de uno le resulte peor el descenso.

Emilio J. de los Santos
25 kilómetros | Dificultad moderada
Al fin pisamos Galicia. La entrada en la provincia de Ourense es por todo lo alto: a través del bonito puerto de La Canda, a 1.261 metros de altura. El recorrido tiene bastante variedad: oscuros bosques, bucólicas praderas o zonas pedregosas.

Emilio J. de los Santos
34 kilómetros | Dificultad alta
Exigente y larga, es posiblemente la etapa más bonita del Camino Sanabrés gracias a una vistas espectaculares. Avanza por un recorrido muy solitario que casi siempre va por encima de los 1.000 metros de altura sobre las colinas de la Sierra Seca. No hay subidas fuertes, aunque sí acumula muchas bajadas, especialmente al final.

Emilio J. de los Santos
33 kilómetros | Dificultad alta
Otra jornada con un kilometraje por encima de 30. El Camino de Santiago continúa su avance por la Galicia más rural y solitaria. Se nos vuelve a presentar un trazado montañoso con una de las subidas más pronunciadas de la variante sanabresa. En la meta podremos admirar la bella Colegiata de Santa María.

Emilio J. de los Santos
22 kilómetros | Dificultad baja
Tras tanta soledad y naturaleza, esta etapa viene a ser un tortazo para el peregrino acostumbrado a la tranquilidad. Nos acercamos a una ciudad con todo lo que ello conlleva: urbanizaciones, tráfico, polígonos industriales... Por suerte, los 22 kilómetros hasta Ourense no son complicados. El camino irá perdiendo altura paulatinamente hasta llegar al valle del Miño, donde se ubica la urbe.

Emilio J. de los Santos
22 kilómetros | Dificultad moderada
El recorrido tiene un inicio duro: la salida de la ciudad y un ascenso bastante pronunciado justo después. Afortunadamente, tras esto, vuelven los bosques y los paisajes tranquilos. Nos aguarda Cea, localidad famosa por su pan.

Emilio J. de los Santos
38 kilómetros | Dificultad alta
Otra etapa muy larga, pero merecerá la pena ya que tendremos ocasión de visitar otra joya de este Camino: el Monasterio de Oseira. Asimismo, disfrutaremos de un paisaje típicamente gallego, muy solitario y montañoso pero a la vez tremendamente hermoso. En plena Dorsal Gallega, habrá algunos ascensos. No son excesivamente exigentes, pero la longitud del recorrido nos puede pasar factura a la hora de afrontarlos.

Emilio J. de los Santos
29 kilómetros | Dificultad moderada
La penúltima jornada comparte el trazado con el Camino de Invierno, que se unió en A Laxe. El trazado progresa por un paisaje que sigue siendo muy verde, alternando numerosas aldeas, prados y bosques. El perfil presenta muchas subidas y bajadas cortas que pueden resultar molestas.

Emilio J. de los Santos
21 kilómetros | Dificultad baja
Nos queda un trayecto bastante sencillo que se va haciendo más urbano conforme nos vayamos acercado al final. El Camino Sanabrés tiene un acceso a la capital gallega bastante poco transitado. Sorprenderá lo rápido que se accede a la Plaza del Obradoiro.
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